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Mostrando entradas de 2018

¿Seguro que era un genio?

- Mamá, la profesora de arte nos ha comentado que la semana siguiente hablaremos sobre Leonardo Da Vinci. - ¡Era una persona espectacular, hijo mío!  - ¿Por qué? - ¡Puesto que era un genio en todo lo que tocaba!¡Era un artista sensacional, realizó unas preciosas esculturas que están expuestas en bellísimas ciudades italianas, pintó cuadros que cuelgan de los mejores museos de todo el mundo, ideó máquinas extrañas para su tiempo, pero que al cabo de muchos siglos se descubrieron como inventos extraordinarios! ¡Si, hijo, Leonardo DaVinci trabajaba todas y cada una de las materias, y todo lo que tocaba lo convertía en algo maravilloso!  - ¿Practicaba deporte? - (Sigh)

Amigo invisible o yankee swap

Amigo invisible: - Se reúnen un grupo de amigos unos días antes de celebrar una fiesta - meten unos papelitos con el nombre de cada uno dentro de una bolsita - uno a uno van sacando un papelito, y a la persona que les ha tocado, deben hacerle un regalo el día señalado - el día señalado cada persona entrega su regalo a quién le ha tocado, y recibe uno - todos compran un regalo y reciben otro Yo siempre celebraba así las fiestas entre amigos. Pero en Estados Unidos, me he acostumbrado al Yankee Swap. Yankee Swap: - Cada persona llega a la fiesta con un regalo envuelto - Se dejan todos los regalos encima de la mesa - Dentro de una bolsita, se ponen papelitos con números, del uno hasta el número de personas que participa en el juego - el que saca el papelito con el número uno, escoge uno de los regalos de encima de la mesa - Lo desenvuelve y lo enseña al resto - La persona que tiene el papelito número dos, puede hacer dos cosas: o quedarse con el regalo de la persona número

¿Puedo?

No puedo. No puedo. Y no puedo. No hay manera. No consigo distinguir cuando me dicen "can" o cuando me dicen "can't". Cuando una amiga de mis peques viene a casa y me dice que lo que le cuento no puede hacerse, me la miro contentísima, hasta que observo la cara de mi hijo que, condescendientemente, me indica que lo he entendido al revés. Ya en la intimidad del hogar, ensayo repetidas veces el can y el can't. Mis hijos me ponen ejemplos hasta aburrir. Bueno, hasta aburrirse ellos, y yo, pero sin éxito en la resolución de lo que para mi es un jeroglífico indescifrable, lo que para mi es una meta inalcanzable, una quimera, una utopía. Parece fácil. Para los americanos. Para los estudiantes, americanos o no, que están creciendo en los parajes del autor de Moby Dick, de Paul Revere o de Pocahontas.  Pero no es fácil para mi. No lo es. Y punto. No tengo la capacidad para formular unos sonidos que mi garganta no ha aprendido durante los primeros cuarenta

Amiga es

Amiga es un café con leche, confidencias por ambas partes y risas desbocadas. Amiga es encontrarse en la cola del supermercado, un abrazo descomunal y hablar como si nos hubiésemos visto ayer. Amiga es llegar al trabajo y que te hablen de un país que no conoces, mientras te preguntan por el tuyo. Amiga es una copa de champán mientras nos reímos de nosotras y contemplamos a nuestros churumbeles. Amiga es un anillo de casada a través del Whatsapp,  donde te cuenta con imágenes su boda de ensueño. Amiga son mensajes de añoranza fotos de los hijos y un deseo de reencuentro, para reír y disfrutar juntas. Amiga son cenas sin previsión, charlas inacabables, un buen vino y un nos vemos pronto. Amigas son gente de mi tierra que viven allí,  o que viven cerca de mi, o gente nueva que conozco de aquí. Gracias Luciana, Bernarda, Neusa, Hélène Isa Nuria y Ana. Amigas

¿Existen las hadas?

Ser mamá implica muchas cosas. Quiere decir que eres una persona multitarea, capaz de dar cincuenta órdenes en dos segundos sin que nadie te haga caso; capaz de abrazar a tus churumbeles con pasión desenfrenada; cocinar sin tener ganas ni tiempo; organizar la semana; arroparlos cuando están dormidos;... y multitud de cosas de las que me olvido, o no. Pero además de todo esto, ser mamá significa, en mi caso particular, tener la capacidad para contar historias. Pequeños o grandes cuentos que florecen en mi imaginación a través de detalles que observo a mi alrededor, o de ideas con las que llegan mis hijos cargados del cole, o frases sueltas que intercambio con vecinos o compañeros de trabajo. Ser mamá en mi caso ha desbocado mi imaginación. He escrito muchos cuentos, y, si bien mis primeros vieron la luz a través de un proyecto web multilingüe, ahora he querido que un cuento sobre el poder de la imaginación vea la luz en formato físico, en un cuento para leer con los niños, y para que d

Los paraguas son para el verano

Vivo en Massachusetts. Es primavera. No llueve. Las flores empiezan a salir y los árboles se tiñen de todos los colores.  Paseo por la calle. El sol se muestra para taparse a los cinco minutos, para volver a salir a los diez minutos.  Llueve. Al cabo de cinco minutos ya no llueve.  Una mujer camina en dirección contraria a la mía, con lo cual nos vamos acercando. Nos sonreímos, ¡Que pase un buen día! Vivo en Massachusetts. Es verano. No llueve. El calor aprieta. Paseo por la calle. El sol se muestra en todo su esplendor, el cielo es azul, los pájaros cantan, los árboles están cubiertos de un verde intenso y la gente pasea por las calles con zapatillas de playa. Una mujer camina en dirección contraria a la mía, con lo cual nos vamos acercando. Observo que lleva un paraguas para cubrirse del astro sol, ese astro que nos da la vida y mira tú por donde, ahora se nos dice que hay estudios indicando que sus rayos son perniciosos. Vivo en Massachusetts.

El maravilloso mundo del teatro escolar

Mi hijo mayor me convenció para que el pasado fin de semana fuésemos a ver una obra de teatro, en el teatro de su escuela, y protagonizada por muchos de sus amigos. Como no se me ocurrió nada que pudiese contrarestar dicho evento, me vi en la obligación de acceder a tan apasionante plan. Así que fuimos. Sin muchas ganas por mi parte, pero nos dirigimos con semblante contento a la escuela. Pagamos religiosamente la entrada, y para mi sorpresa, al entrar en el teatro, comprobé azorada que casi no había asientos libres. Mi mayor se sentó en un asiento libre en la primera fila, y cuando ya se habían apagado las luces, mi pequeño y yo nos sentamos en los otros únicos asientos libres, al lado de dos viejecitas entrañables, en los asientos reservados para gente incapacitada.  ¡Empieza el espectáculo! Un montón de chavales disfrazados llena el escenario. Sus voces, sus cantos, sus gestos,... todo necesita muchas más horas de dedicación, de ensayo. Ninguna de las coreografías funciona a la

Pot luck

Unos amigos nos invitaron a su casa. ¿Cómo nos invitaron? Usando Evite, un programa que te permite realizar de forma fácil una invitación a partir de unas plantillas determinadas, y enviarla usando internet a los contactos que escojas. ¿Qué nos proponían en la invitación de Evite? Un Pot luck. ¡Ajajá! ¿Y qué es un Pot luck? Pues todos los invitados deben traer algo para comer. Los host, los anfitriones, ponían su casa a disposición, tenían utensilios, platos, mesas, sillas... Y los invitados llegamos cargados con bolsas y platas de comida. Todos al llegar, abríamos nuestras bolsas y poníamos nuestros platos en la isla de la cocina, que la anfitriona se ocupaba de arreglar para que todo quedase perfecto. Además, el Pot luck en cuestión era multicultural, con lo cuál pudimos degustar samosas caseras de un chico de ascendencia india, hummus delicioso de unos marroquíes, dulces italianos, crema catalana, pollo al horno macerado en salsa,... toda la isla de la cocina se o

De cintura para abajo

Érase una vez que el Dios Papakinmalkefa, tranquilamente sentado en una espléndida nube de colores rojizos, estaba mirando hacia abajo, contemplando a los habitantes de New England. Era invierno, y por aquellos lares, el frío y el viento se aliaban con fuerza para azotar a los pobres hombres y mujeres que ocupaban aquél lugar. El Dios Papakinmalkefa se compadeció de ellos, y decidió fabricar una crema con la que embadurnarse el cuerpo y así no notar el frío de temperaturas negativas, llegado el invierno. El Dios fabricó la crema y cogió al azar a uno de los habitantes de New England, a quién trasladó volando hasta su nube. El asombrado visitante, antes de abrir la boca, escuchó lo que Papakinmalkefa le dijo: - Hola, humano. Soy el Dios Papakinmalkefa. He comprobado que en vuestras tierras el frío apremia, y me he compadecido de vosotros. He preparado este ungüento para que te embadurnes todo el cuerpo. Así, de este modo, tu y tus descendientes nunca más notaréis el frío. El pobre

De manzanas recolectadas

¿Aún no habéis ido al "apple picking"? ¡Es fantástico! Awesome, fantastic, lots of fun, amazing. Cuando era época de recolección de manzanas, oséase temporada de otoño en Massachusetts, antes de que la nieve cubra todo el paisaje de un blanco nuclear, todos los padres y madres con los que me encontraba en mi camino me hablaban de lo increíble que era ir a recoger manzanas. Padres y madres de niños pequeños y no tan pequeños, incluso padres de adolescentes me decían que el "apple picking" era una experiencia sin parangón. Mi significant other era escéptico a este tipo de manifestaciones lúdicas americanas, puesto que ellos ponen mucho énfasis en cosas que nosotros no valoramos tanto. Y viceversa. Pero yo me dejé convencer, puesto que no era sólo una persona, ni dos ni tres, la que me hablaba maravillas de la recolección, sino casi casi todo el estado de Massachusetts al completo. Así pues, un día que el padre de mis hijos estaba ocupado en sus quehaceres, yo m

De alemanes y tal, Oktoberfest

En septiembre, en un pequeño pueblo de Massachusetts, fuimos a la Oktoberfest, invitados por una amiga argentina de raíces judías. Si. Repito. En septiembre (no en octubre), en un pequeño pueblo de Massachusetts (un pueblo de un estado americano de los Estados Unidos) fuimos a la Oktoberfest (una fiesta tradicional alemana que traducida debe ser la fiesta del otoño), invitados por una amiga argentina de raíces judías (o sea, que en su DNA no aparece la raza germana ni por casualidad).  Nadie hablaba alemán, o al menos nadie que yo escuchara lo hablaba. Pero la cerveza en grandes vasos y las kartoffen en grandes platos pululaban en las manos de casi todos los allí presentes. Muchas de las mujeres, mi menda incluída, se hizo unas trenzas y se compró una diadema de flores artificiales. Y así, ni cortos ni perezosos, un montón de americanos y demás orígenes (muy pocos de los cúales parecían eslavos), nos reunimos en un acampado para celebrar una fiesta de la que no conocíamos los orígenes

Genética mejorada

Me encanta comprobar la teoría de la evolución en mis propias venas. Me complace ver como mis retoños me superan en gran cantidad de temas. Sin ir más lejos, a mi me apasiona leer. Mucho. Recuerdo que mis padres me reñían porqué me encontraban leyendo en cualquier rincón de casa, obviando los quehaceres domésticos. Pero tenía un talón de Aquiles: cuando me subía a un coche, no podía leer una línea de un libro sin marearme. Mucho. Ya sin la lectura, mis viajes en coche eran un martirio, vomitaba si eran largos (entiéndase por largos más de una hora y media de trayecto), con lo cual, siempre que probaba de leer, mis trayectos eran infernales. Pasé mi infancia y adolescencia con trayectos en coche mareada, con la ventanilla abierta para que el aire me refrescase mi mente enturbiada. Y sin poder leer una línea del libro que en aquellos momentos ocupaba mi actividad cerebral.  A mis hijos les apasiona leer. Mucho. Y con la mejora genética, puedo asegurar y aseguro que son capaces de le

La media maratón de Boston y mi Significant other

Mi Significant other ha participado en la media marathon de Boston, que se ha celebrado el día 7 de octubre de 2018. ¿Y quién es el Significant other?¡Ajá! Pues al que yo llamo el padre de mis hijos, o mi marido, o mi pareja. Para los americanos, el Significant other es una forma de nombrar a tu pareja,  de la forma más políticamente posible. Porque, desengañémonos, en nuestra sociedad, cada día aparecen nuevas formas de entenderse el concepto de familia, de vida. Familias monoparentales, familias con parejas casadas legalmente con anteriores parejas, parejas del mismo sexo, parejas, parejas, familias, familias, hijos de una anterior relación, hijos de antes y de ahora con los de antes que también son los de ahora... y los americanos han encontrado una fórmula especial y correcta para designar a tu pareja actual, o más bien, a la persona que más significa para ti en estos momentos. Significant other. Y todos contentos. O no. Y aquí estábamos, mi significant other participando en la

Padres equipados

Sábado por la mañana. Estoy durmiendo en los brazos de Morfeo después de una semana intensa. Estoy soñando algo raro, como siempre, que no consigo descifrar. Y, de pronto, a las 6:30 de la mañana, suena el despertador. ¿6:30 de la mañana un sábado? ¿6:30?¡6:30!¡Mierda!¿Pero qué...? Y acto seguido recuerdo que uno de mis churumbeles ha decidido que de mayor quiere ser futbolista, con lo cual su amantísima madre lo apuntó a clases de fútbol (soccer, como lo llaman en Massachusetts) y los partidos se juegan durante todo el otoño los sábados a las 8 de la mañana. Resignada, paro el maldito despertador y me preparo el desayuno. Despierto a mi futbolista en potencia, y nos vamos al campo de fútbol, para delicia de los pequeños, que no de los padres. Como me estoy americanizando a marchas forzadas, éste sábado he llegado al campo equipada con todo el material necesario, orgullosa de que mi retoño se vaya de mi lado para jugar un partido de maldito fútbol. Ay, perdón. Aquí describo mi atu

De la televisión a mi casa

De pequeña, en mi casa patria, las películas que podíamos ver en el cine o en la televisión eran prácticamente todas americanas. Americanas de los Estados Unidos, se entiende. Yo disfrutaba con fruición de unos argumentos que muchas veces no tenían el menor sentido, y me encantaba ver unos entornos que para mi eran totalmente desconocidos. Ahora que vivo en Boston, puedo comprobar que muchas cosas de mi cotidianidad actual forman parte de los escenarios de las grandes películas que yo adoraba de pequeña. Y también de las que veo actualmente. Sin ir más lejos, el tamaño de la nevera, el galón de leche y los cereales que ahora veo en la pantalla, son objetos que forman parte de mi día a día. Compro productos en el supermercado que ahora salen en mis películas. Paso por delante de establecimientos que tienen cabida en la gran pantalla, paseo por sitios que han servido de escenario en grandes producciones. Incluso los interruptores de mi casa son los mismos que salen en la archifamosa &

O supermercado o parque de atracciones

Hoy me he dirigido al supermercado donde hago la compra de la semana, el Market basket. Me gusta el sitio y los productos, y considero que la relación calidad/precio es buena, incluso mejor que en muchos otros sitios. Pero hoy me he dado cuenta de que estar allí es lo más similar a lo que entiendo yo por parque de atracciones.  Al intentar entrar por la puerta de entrada, he esperado pacientemente (rollo americano por supuesto, con una sonrisa en los labios), a que salieran dos hombres, cada uno con su carrito, y una mamá joven y repleta de energía, con un carrito super largo y una pieza de plástico simulando un coche en la parte trasera. Ésta pieza iba repleta con tres niños de edades entre los tres y los seis años. La mamá coraje, aparte de tirar del carrito repleto de comida acabada de comprar y de niños, también llevaba a cuestas a su último retoño, una preciosidad de unos dos años que la abrazaba fuertemente. Ha pasado por mi lado con cara alegre, hablando con los pequeños. S

Puertas y gritos

Uno de mis trabajos consiste en recoger y llevar a mis hijos a sus actividades extraescolares, que no son pocas. Ahora uno, ahora el otro, mis hijos suben y bajan del asiento trasero de mi coche cuando llegan o nos vamos de sus lugares de práctica deportiva o artística, o ambas.  Como madre, ser la taxista de mis hijos durante toda la tarde es una de mis actividades preferidas. Es broma. Evidentemente. Habida cuenta que odio conducir, si le sumo la conducción en hora punta, donde me quedo encallada en todos los semáforos; le añado el hecho de que uno mis hijos tiene alguna actividad justo después de cole, en sitios extraordinariamente lejos del colegio, con lo cual es prácticamente imposible llegar a tiempo si no se alinean los astros; y termino en que, a la misma hora, uno debe empezar una actividad en la otra punta del pueblo dónde el otro está acabando la suya, con lo cual debo decidir si el que está a punto de terminar, finalice antes de tiempo, o el que debe empezar llegue tard

Ida y vuelta

Preparar las maletas volar cruzando el océano estamos en casa, de vacaciones. Amigos, risas y comida playa, sol y siesta família, abrazos y te quieros juegos, paseos y nostalgia. Calamares a la andaluza patatas bravas  mejillones al vapor rape a la plancha. Cerveza bien fría vino blanco de l'Empordà vino tinto de Ribera del Duero un poco de agua por favor. Vistas prodigiosas delante del mar Asombrosas puestas de sol pensamientos para los que no están y susurros con confidencias. Niños que crecen rápido mayores que encogemos más cuerpos esculturales en la playa y yo que prefiero no mirarme. Suspiro contemplando el mar preparar maletas volar cruzando el océano de vuelta a casa.

Bicicleteando en Provincetown

Pasear por Provincetown, el famoso pueblecito del extremo superior de Cape Cod, es pasear por calles de verano multicolores, de sabor a mar y a marisco, de alegría y de tranquilidad. Me encanta entretenerme en las pequeñas tiendecitas de la Comercial St; entrar en las diminutas galerías de arte, donde fotógráfos y pintores nos muestran sus obras más preciadas; sonreirme a mi misma leyendo las frases que hay impresas en las camisetas del verano y que impregnan los escaparates de las tiendas de recuerdos del pueblo; comer un helado aunque mi barriga aún este llena del lobster que me acabo de zampar. Provincetown es alegría y comprensión, un lugar dónde todos cabemos y todos nos sentimos contentos. Por primera vez desde que vivimos en Massachusetts, en Provincetown alquilamos unas bicicletas para dar un paseo por los caminos habilitadas en la parte superior del pueblo. Le comenté a la chica que nos las alquilaba que yo era muy patosa, con lo cual me recomendó fervientemente el uso de un

Me llamo Olivia

No. No me llamo Olivia. O quizás si. Me llamo Roser. Mis padres me pusieron este nombre en honor a mi abuela, que ostentaba el mismo. Roser, que se pronuncia ruzé, más o menos, oséase, que es impronunciable en tierras americanas e incluso más allá. La primera vez que pisé un Starbucks y la dependienta me preguntó mi nombre para estamparlo en el que sería mi vaso, tuve que repetir el nombre tres veces, luego deletrearlo y finalmente deletrearlo a velocidad reducida. Mi amor por mi nombre, el nombre que me ha visto nacer, crecer y madurar, hizo que lo pronunciase con infinita paciencia cada vez que entraba en el Starbucks a pedir mi dosis de cafeína, pero llegó un día en que decidí simplificar. Aquel día, cuando el dependiente me preguntó mi nombre, le contesté, sin pensármelo demasiado: "María". Sí. Y lo entendió a la primera. Con lo cual, para simplificar mi vida y la de mis congéneres, cuando alguien me pregunta el nombre, y sé que este alguien es una persona que

La guerra de los pelos grises. El nudo

Después de mi decisión de no teñirme el pelo canoso, lo puse en conocimiento de mi família, la que habita en mi casa y la que habita en la tablet via Skype. Y aquí empezaron las crudas batallas que debía librar en todos los frentes: - Mis hijos me dijeron que mi cabello blanco me hacía más viejecita (y eso que desde siempre ya me dicen que soy vieja, pues añadieron un grado más; - mi marido no me dijo nada oralmente, pero su mirada me contó que él prefería que me tiñese el cabello; - mi madre fue la que usó más armas para librar su batalla particular en contra de mis debilitados pelos blancuchos, usó el chantaje emocional a través de los siguientes argumentos: 1. Nena, así el pelo no te queda bien 2. Parece que ya no te guste ser presumida 3. Parece como que te dejes de cuidar 4. Tus sobrinitas me dicen que la tiíta está más guapa con el pelo teñido 5. Tu hermana dice que no es propio de ti dejarse el pelo blanco 6. Cuando venga a veros iremos a la peluquería 7. Un