Me gusta New York. Lo reconozco. Soy urbanita, me gusta perderme por las calles de las ciudades y descubrir sus entresijos, como aquellas tiendecitas entrañables que esconden objetos demasiado viejos, o aquellas calles en las que han caminado gente que hace siglos dejaron su lugar en este mundo, o una pequeña galería de arte con obras de artistas que el mundo seguramente nunca descubrirá.
Y New York es una ciudad que me maravilla, me fascina y de la que nunca me canso. Este pasado año tuve la oportunidad de visitarla repetidas veces, ya fuese de escapada romántica, con los niños o con familiares que nos visitaban. Y en todas las visitas, yo regresaba a Boston maravillada por la ciudad que nunca duerme. Y descubrí que New York se vive con los cinco sentidos:
Vista:
Es el sentido obvio al hablar de New York. Alzas la vista hacia el infinito para conseguir vislumbrar la parte más alta de los múltiples rascacielos de Manhattan. Pero es que sin alzar la vista también observas multitud de colores, de destellos, de formas, de volúmenes que son difíciles de encontrar en otro sitio. Grandes volúmenes, infinitas luces, espectaculares decorados, fantásticas pinturas, múltiples formas conforman un deleite para los ojos de cualquier atrevido que quiera entrar en un mundo multicolor que cambia radicalmente por la mañana o por la noche.
Oído:
Mientras tus ojos giran al compás de tu cabeza, que va moviéndose de izquierda a derecha y de arriba abajo sin parar ni un segundo, tus oídos evidentemente siguen el mismo compás. Y pueden escuchar de todo excepto el silencio. Sonidos de gente hablando, alguien cantando o gritando, muchos riendo y pocos susurrando, se mezclan con sonidos musicales que salen de todas partes anunciando los productos más dispares, sean entradas para ver un musical o la última moda en lencería. Los musicales de Broadway son mi perdición y aunque en casa escuchamos muchas de estas piezas, no tienen comparación cuando puedes asistir a un espectáculo en directo.
Gusto:
¿En qué otro lugar del mundo podemos encontrar todos los sabores que pueden degustarse en New York? Restaurantes mejicanos, japoneses, hindúes, españoles, rusos, chinos, italianos... todos los gustos pueden encontrarse en alguna de las calles de la amplia ciudad, algunos de ellos concentrados en pequeños barrios, otros esparcidos por todas las calles, otros en determinados puntos concretos de su geografía urbana. Huy, si, me olvidaba, también podemos encontrar comida americana en sus calles, esas sabrosas hamburguesas escondidas entre patatas fritas y salsas dulces y picantes, también conforman parte de las características culinarias típicas neoyorquinas.
Tacto:
Si, New York también se toca, se palpa, se siente con las yemas de los dedos. Al tocar los botones de un ascensor que nos lleva hasta el piso 57. Si, ¡cincuenta y siete!, al coger la barandilla de hierro de las escaleras que nos bajan hasta el metro, al acariciar la escultura de Alicia en el País de las Maravillas que deleita en Central Park, al coger el café Starbucks que acabas de comprar en Times Square, al tocar una reja de las múltiples existentes en Brooklyn Bridge o al caminar descalzo en la habitación con moqueta que guarda tu sueño entre visita y visita. Y al coger la mano de tu pareja, fuerte, muy fuerte, mientras te deleitas con los otros sentidos.
Olor:
Pero de todos los cinco sentidos, seguramente mi preferido al visitar New York es el que percibimos a través de la nariz: el olor. Una de las cosas que adoro de esta ciudad es pasear entre sus calles, perdiéndome, avanzando sin rumbo fijo, mientras los barrios van cambiando en forma, en color... y en olor. El olor del Manhattan cerca de la Quinta Avenida nada tiene que ver con el olor de Chinatown y difiere espectacularmente del del SoHo. El olor de Little Italy te sugiere que comas pasta a todas horas y el olor a sal del ferry que te acompaña para ver la Estatua de la Libertad no tiene comparación con el olor de Wall Street. El olor de los Food trucks en Times Square te eleva... el hambre, así como el de los Food Trucks delante del Metropolitan.
New York es una ciudad muy especial sin comparación en el resto del mundo. Merece la pena visitarla. Tengo una amiga fantástica que ha vivido unos años allí y nunca se ha cansado de sus calles, su ambiente, su magia.
New York tiene ese noseque quequeseyo, ese algo especial que puede apreciarse con los cinco sentidos. Y te obliga a volver (o al menos a desearlo).
Nueva York es mi ciudad favorita de todas las que he estado. Es única, es emocionante, vibrante y todo lo que ya escribiste. Te confieso algo: la expresión mudarse a Boston a veces se hace muy continúa en esta familia y por ello hago como la avestruz y no leo nada de tu blog, como si me diera miedo. Pero le dije a mi esposo y el ya te lee. La primera idea que me vino a la cabeza sobre mudarse a Boston es "vamos a estar más cerca de NY". Te mando un abrazo¡
ResponderEliminar¡Pues a lanzaros a la aventura! New York es impresionante y Boston es una ciudad mucho más pequeña de lo que parece cuando no la conoces, la cuna de América y a menos de 4 horas de New York en coche.
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