Ir al contenido principal

4 de julio con los cinco sentidos

El 4 de Julio es un dia muy especial para todos los americanos. Es el día de la patria, el día en que el sentimiento americano sale a relucir aún más, si cabe.

Para hablar de la celebración de la fiesta nacional americana me remito a los cinco sentidos:

OLFATO
Tu nariz ya nota que el 4 de julio no es un día como los otros. 
Ya por la mañana, de la barbacoa de tu vecino salen unos efluvios que te abren el apetito. Olores de madera y carne asada envuelven todo tu patio y se meten dentro de la casa, si has dejado abierta alguna ventana. El olor a lo típico americano, a las hamburguesas demasiado cocidas, o a una pieza de ternera que se deja cocer a fuego lento mientras su amo bebe una cerveza tranquilamente.
Por doquier llegan los olores que salen de todas las barbacoas del vecindario. 
Y tu nariz empieza a indicar al cerebro que tú también debes actuar, encender tu barbacoa y unirte al desmadre de olores que reina hoy en todo el barrio.

GUSTO
Sabor a comida con amigos. 
Tu boca se abre y se cierra multitud de veces para comer el objeto de los olores antes comentados.
Sabor a jolgorio, a compartir una comilona y unas experiencias repletas de anécdotas. Sabor a alegría envuelta de las hamburguesas previamente cocidas. Un poco de vino y unas risas que se contagian de todos los otros jardines y patios del vecindario. 
Y después de una comida copiosa de carne regada con copas de vino, llega el dulce momento del muffin con los colores de la bandera americana. Debo apartar las manos de los niños de las bandejas de muffins de color rojo, azul y blanco, puesto que siempre quieren más, quieren más de unos dulces ricos y sabrosos típicamente americanos.

OÍDO
A tus oídos llega un sinfín de cantos típicamente americanos.
Los himnos americanos. El himno nacional, el himno de los marines,... todos los himnos patrióticos se oyen desde varios puntos del vecindario. Todos ellos pueden ser escuchados cuando llegamos al descampado preparado para poder ver los fuegos artificiales. Y observas a los americanos orgullosos de su patria, vestidos con los colores de la bandera, que pasean tranquilamente mientras algunos tararean o cantan trocitos de sus himnos.

VISTA
Tus ojos no se cansan de observar los fuegos artificiales diseñados para la ocasión.
Los fuegos artificiales, sin lugar a dudas, son una delicia para la vista. Al llegar la noche, cuando la multitud ya tiene su espacio sobre la hierba, sentados todos tranquilamente sobre una manta o descansando en una silla escogida para la ocasión, empieza el espectáculo de luces y colores. Todos miramos hacia arriba, para contemplar unos fuegos artificiales que nos deleitan y nos asombran, por sus colores, por su rapidez y por su magia. Centenares de fuegos iluminan un cielo oscuro y provocan  un aluvión de "Ohhhhhhh" y "Ahhhhh" entre todo el gentío que no deja de admirar las luces que en segundos se encienden y se apagan, para recibir más luces que se encienden y se apagan.

TACTO
El tacto suave, dulce y cálido de la piel de mis hijos.
El de las manos de mis niños que, cansados de todo el día, me aprietan mi mano para que no los pierda entre la multitud, al regresar a casa, junto al resto de vecinos, amigos y conocidos que conforman la marabunta que, lentamente, se va dispersando. Y les cojo de la mano y ellos me siguen, impertérritos, agotados de tanto jugar con amigos, de haber disfrutado de un mundo de sensaciones para celebrar el 4 de julio en América. 




Comentarios

  1. Un día inolvidable que llenará vuestras mentes y vuestros corazones durante mucho tiempo de infinidad de olores, sabores, música, colores y camaradería con vuestros nuevos vecinos. Un día para disfrutar, sin duda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin lugar a dudas. Yo sólo sabía del 4 de julio por las películas americanas, y debo decir que realmente ese día lo transforman en una pequeña gran fiesta nacional que culmina con unos bonitos fuegos artificiales.

      Eliminar
  2. Que bonito el último punto, el del tacto. Me ha encantado ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leerlo de pe a pa, guapa;) Últimamente, cuando compruebo que me dan la mano para caminar por la calle, disfruto de la emoción. Yo los veo mayores, y que aún quieran darme la mano, es gratificante y me los acerca más (lo del beso en el cole ya no quieren dármelo, con lo que es cuestión de tiempo la mano)

      Eliminar
  3. Los fuegos artificiales me recuerdan a los de París. Y en todas partes de Francia. Es un bello momento aunque para que sea perfecto falta la.barbacoa mm. Tu post además de vivirlo con la mirada me dio hambre. Besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cantidad de gente que había en la esplanada para observar juntos los fuegos era impresionante, no cabía ni medio alfiler más.
      El tema de la barbacoa... si te cuento las calorías que debo perder después de eso, me deprimiré;)

      Eliminar
  4. Me ha gustado mucho la manera en que has relatado el día de la independencia americana. La verdad es que por las películas vemos tanto el 4 de julio, pero no es lo mismo leerlo así "en privado" y con punto de vista hispana expatriada :)

    Un abrazo desde Budapest

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, mamá expatriada como yo;)
      Muchas gracias por leerme y por el comentario. Me metí en tu web y me está gustando muchísimo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

De como el ratoncito conoció al elfo

"¡Mira, mamá!" me dice mi pequeño orgulloso, mostrándome una pequeña caja de plástico azul en forma de baúl. "¡El diente que se me movía se me ha caído durante la comida en el cole!". Pues veremos lo que te trae esta noche el Ratoncito Pérez. En casa, aunque en Massachusetts, intentamos mantener las tradiciones con las que hemos crecido mi marido y yo. En el caso de los dientes, a nuestros pequeños no los visita el hada de los dientes americana, la famosa Fairy Tooth . En nuestra casa aparece el Ratoncito Pérez, para traer algún pequeño regalito como intercambio del diente que descansa quietecito debajo de la almohada. Pero hoy mi pequeño me pide que yo misma hable con el Ratoncito Pérez y le pida un regalo inusual. "Mamá, yo quiero que el Ratoncito Pérez me traiga de regalo al Elf on the shelf ". ¿Cómo?¿Y ese quién es? Reconozco que lo he visto multitud de veces en multitud de tiendas por las que paseo para encontrar regalos innecesarios para gen

Positivizando

He decidido publicar un listado de cosas que me gustan de Massachusetts.  Me encantaría saber si alguien comparte alguno de los puntos que ahora mismito menciono, dondequiera que sea el trocito de mundo donde vive. Y se me ha ocurrido lanzar la campaña "POSITIVÍZATE", para que todos contemos aspectos negativos de donde vivimos, pero en plan positivo. Seguro que encontramos muchas situaciones que en principio no son chulas, pero a las que conseguimos darle la vuelta y disfrutarlas. ¡Atrévete! Aquí van las mías: - En países calurosos, poco después de hacer la compra y ponerla en la parte de atrás del coche, debes correr para que los alimentos congelados (entiéndase pizzas, guisantes y helados) no se descongelen. Aquí en Massachusetts, con el frío que tenemos, después de la compra podría ir a dar una vuelta, recoger a los niños, irme al trabajo, pararme en un Starbucks y, al llegar a casa, la comida congelada continuaría estando congelada . Creo que esto es una p

Concepto playa en primavera

Debo reconocer que las playas que conocía hasta la fecha y las playas de Massachusetts son radicalmente diferentes. En todo. Bueno, vamos a comprobarlo: Vamos a por las similitudes: la única similitud que he podido encontrar es en lo básico, es decir que en ambos sitios hay agua salada (supongo) y arena. Nada más. Vamos a por las diferencias: Concepto playa en primavera anterior a Massachusetts: Llegas a la playa, te descalzas y caminas por la playa, tranquilamente, hasta que llega el momento de gritar como una posesa para impedir que tus niños se metan derechitos al agua, que en primavera aún está fría. El sol te pica la cara y unas gafas de sol nunca vienen mal. Después del paseo, encuentras un chiringuito con vistas a la playa y te sientas junto a tu media naranja y padre de tus hijos, mientras disfrutáis de una cervecita muy fría, unas aceitunas y una patatitas. Escuchas el ruido de las olas al chocar contra la playa, sientes a tu marido cerca y observas como est